El maridaje es una de las técnicas mediante las que la gastronomía saca un mayor partido al disfrute sensitivo de los alimentos. Consiste en combinar comidas y bebidas para complementar sus características y equilibrarlas o realzar algunas de ellas. En este sentido, el maridaje entre vino y queso es, sin duda, uno de los más significativos en las cocinas de todo el mundo.

Los dinamizadores del sector vitícola consideran el potencial de los maridajes y, por ello, lo suelen incluir en las diferentes experiencias de enoturismo. No es extraño, por ejemplo, que formen parte de las catas con las que pueden concluir las visitas guiadas a las bodegas. A continuación, profundizamos en las claves del maridaje entre vinos y quesos. Presta atención.

Los fundamentos del criterio vitícola del maridaje

Una vez introducido el concepto de maridaje, es preciso aclarar, en primer lugar, que la valoración de cada uno de sus supuestos resulta ciertamente subjetiva. Por tanto, depende, en buena medida, de los gustos personales. Tanto de los anfitriones como, sobre todo, de los comensales.

Por consiguiente, hemos de señalar que no existen reglas incontrovertibles acerca de cómo tienen que ser combinados los vinos y quesos. No obstante, lo dicho no significa que no exista una serie de criteriosque, debido a la complementariedad o incompatibilidad de algunas cualidades de estos productos, suelen ser considerados válidos, aconsejables o razonables.

Ten en cuenta que nos estamos refiriendo a dos elementos gastronómicos con una gran personalidad y, asimismo, una enorme variedad. Por una parte, un lácteo con contenido graso, como el queso. Por otra parte, una bebida alcohólica, como el vino, caracterizada por su superposición de matices.

¿Qué valoran los expertos en enoturismo para maridar quesos y vinos?

Vale la pena que, cuando vayas a maridar estos productos, pongas en práctica los siguientes criterios.

  • No te fijes tanto en los matices de los vinos. No son tan importantes factores como sus sabores a hierbas o frutas o los aromas que desprenden. Por el contrario, te conviene centrar la atención en características más generales. Por ejemplo, en su frescura o dulzura o si es intenso o ácido.
  • Un consejo relevante es el de no maridar los vinos fuertes y dulces con los quesos suaves. Se trata, en este aspecto, de que los sabores no se tapen entre ellos. Lo mismo te podemos decir acerca de si combinas un vino suave, como un blanco, con un queso fuerte, como un Cabrales. El maridaje que surja no resultará grato, puesto que confundirá sabores y tenderá a eclipsar a uno de sus componentes, el de mayor suavidad. En cierto modo, esta conclusión es similar a la que también consideramos popularmente idónea de juntar los vinos tintos con las carnes y los blancos con los pescados.
  • Los vinos blancos con ligeros toques de roble o espumosos van a encajar correctamente con los quesos blancos.
  • Los vinos tintos se emparejan adecuadamente con quesos añejos (los que tienen más de un semestre) o fuertes. Esta propuesta destaca por su atrevimiento.
  • Por último, queremos darte una recomendación por si te toca tomar decisiones acerca de este tipo de maridaje en un aperitivo en el que no conozcas a todos los comensales. En este sentido, lo más aconsejable es servir tanto vinos tintos como blancos. De este modo, cada cual podrá elegir la combinación con los quesos que le resulte más satisfactoria.

¿Cómo tienen que estar los vinos para conseguir un maridaje idóneo?

La temperatura es un factor esencial para que la combinación sea fructífera. La ideal depende de la clase de vinos que vayas a introducir a la hora de maridar. Si optas por uno blanco, te interesa sacarlo de la nevera un cuarto de hora o 20 minutos antes de que te lo vayas a tomar.

Pero, si te decantas por un vino tinto, lo has de introducir en el frigorífico una media hora antes de que te lo vayas a beber. ¿Cuál es la finalidad de esta preparación? Es una medida para evitar que el olor a alcohol resulte demasiado pesado y lograr una mayor sensación de frescor.

En cuanto a la pareja del vino, basta con que el queso haya sido sacado de la nevera una hora antes de que lo vayas a consumir. De esta manera, no va ni a calentarse ni a refrescarse en demasía. Viene bien que se encuentre a temperatura ambiente.

Bastión y Denominación de Origen para tus maridajes. En definitiva, te hemos aportado estos datos para ayudarte a tener claro cómo llevar a cabo maridajes entre vino y queso que eleven la degustación de estos alimentos. En Viñedos de Camarena puedes probar el Bastión y decantarte, además, por maridarlo con un queso que se encuentre a su altura. La calidad de la Denominación de Origen Méntrida es un valor añadido en estas combinaciones.